Las fantasías más populares damas de compañía
La fantasías sexuales están al orden del día y fácilmente puedes cumplirlas con damas de compañía que, aunque no todas, algunas si prestan sus servicios no solo para ofrecerte su compañía sino para algo más.
Por ello si quieres cumplirlas te dejamos algunas que son de las más populares para que pierdas el miedo y puedas tener el placer que más deseas.
1. En público: El morbo y riesgo de que te pillen, estar con los pantalones y la ropa interior por las rodillas (o, incluso, desnudo), creyendo que de un momento a otro alguien te podría pillar, suele dar mucho morbo y a pesar de que puede generar un multa a muchos les encanta practicarla.
2. Masoquismo sexual: Consiste en encontrar placer en la humillación tanto física como psicológica, ya sea a través de los golpes, la tortura con objetos o las cuerdas. Esta práctica es más común en mujeres, en parte, por la educación patriarcal y de sumisión que reciben. Aun así, cada vez se ha eliminado más el componente de sumisión ciega y algunas mujeres logran empoderarse y seguir recibiendo estos juegos sin conductas machistas y patriarcales.
3. Sadismo sexual: Si el masoquismo es encontrar el placer en ser esclavo, el sadismo va al revés, ya que para encontrar el placer terminas siendo el amo, esta parafilia busca dominar, torturar y vejar al otro para sentirse superior y lograr un estado de excitación sexual, el bondage, las relaciones de roles, los azotes y los flagelos son algunas de las prácticas más comunes asociadas a esta parafilia. Por supuesto, estas prácticas requieren consentimiento para evitar violencia y agresiones graves.
4. Fetichismo: Aunque como fetichistas entendamos a todos aquellos que tienen parafilias, la palabra viene de sentir placer sexual a través de objetos inanimados (eso es, de hecho, un fetiche), dicho así, esta fantasía no suena a nada nuevo: todos sabemos que hay personas a quienes les atrae tener sexo usando prendas de goma, cuero o látex, lencería sexy, calcetines, es un tipo de parafilia muy, muy común, siempre presente en sex-shops y webs de juguetes.
5.- Voyeurismo: Mirar a otros haciendo el amor porque sabes que te pone. Es muy típico de matrimonios, en el que uno de los cónyuges busca a alguien que se acueste con su pareja mientras mira, o también en espacios como saunas, gloryholes o clubs de swingers, en los que hay personas que solo van a mirar, por puro placer voyeur. Algunos se tocan viéndolo, otros simplemente disfrutan mirando.
Si quieres ser un especialista en el sexo oral, debes combinar los masajes de tu lengua con succiones sutiles en ambos labios, y es que con estos cambios de contacto no caerás en la monotonía. Algo muy importante que debes hacer es siempre estar al pendiente del lenguaje corporal de tu pareja: si arquea su espalda, mueve las piernas o se agarra de las sábanas, puede que vayas por el buen camino, pero también pregúntale si así le gusta, recuerda que la comunicación es lo primero.
- Usa tus manos
Mientras estés estimulando los labios menores, coloca tus dedos en el vestíbulo o entrada vaginal y haz un poco de presión con ellos, verás cómo aumenta su respiración poco a poco, y esto es una muy buena señal.
- El momento del clítoris ha llegado
Después de haber estimulado con cuidado y dedicación las distintas partes de la vulva, ha llegado el momento de jugar con la mejor parte: el clítoris. Debes tener muy en cuenta que el clítoris es una zona muy delicada, y por ello, hay que tratarla con cuidado. Para el primer contacto, rodea el clítoris con la punta de la lengua, haciendo movimientos circulares, y notarás de inmediato la respuesta de tu pareja.
Después, remueve con suavidad y amor el capuchón del clítoris para dejarlo al descubierto. Mueve la punta de tu lengua alrededor del clítoris simulando las letras A, B y C, pero siempre con mucha delicadeza porque, si te pasas, puede ser molesto.
- No abuses
Recuerda no abusar del poder del clítoris, y vuelve a centrar tu atención en los labios menores, y acaricia sus muslos, sus senos, juega con sus pezones. Lo mejor que puedes hacer es ir alternando y mezclando todos los pasos anteriores.
- Aumenta la intensidad
Cuando la respiración de tu pareja sea mucho más agitada será el momento correcto para subir la intensidad, y para ello, sitúa el clítoris entre tus labios y apriétalo con suavidad. Succiona de forma rítmica su clítoris a la vez que tus dedos, siempre muy bien lubricados, se adentran en la vagina para acompañar el estímulo oral con unas leves presiones en su zona o punto G. La combinación explosiva de estimular con ritmo el clítoris y la zona o punto G harán estallar de placer a tu pareja sexual. Si observas que su respiración aumenta, jadea y arquea la espalda, sigue exactamente así, porque le está encantando.